Wayne S. Smith, un veterano experto del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre Cuba que renunció en protesta por el embargo estadounidense a la isla en 1982, murió el 28 de junio en su casa de Nueva Orleans a los 91 años. Durante casi cuatro décadas, Smith lideró los esfuerzos para reconstruir las relaciones entre Washington y La Habana.
Smith fue representante de Estados Unidos en La Habana durante más de 24 años, ya sea físicamente en la capital cubana o trabajando desde su escritorio en Washington. Tras dejar el Departamento de Estado, utilizó su amplia experiencia para abogar contra la estrategia estadounidense de aislar a Cuba, encabezando delegaciones privadas y del Congreso a la isla con el objetivo de construir canales de diálogo.
Como destacado defensor de la normalización, Smith publicó numerosos artículos de opinión, ensayos periodísticos y libros, incluidas sus memorias y una historia titulada “El más cercano de los enemigos: un relato personal y diplomático de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba desde 1957”, publicada en 1987.
Aunque no era un admirador del régimen cubano, Smith creía en el poder de la diplomacia y el diálogo. Su experiencia directa lo convenció de que el embargo era contraproducente y perjudicial para los intereses estadounidenses.
Smith llegó por primera vez a Cuba durante la revolución contra el gobierno de Fulgencio Batista. Tras la caída del gobierno en enero de 1959, supervisó la evacuación de ciudadanos estadounidenses de Cuba. Más tarde, en 1977, el presidente Jimmy Carter lo eligió para reabrir las relaciones con Cuba y lo envió a La Habana para dirigir la Sección de Intereses de Estados Unidos.
Sin embargo, la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca marcó un endurecimiento de la política estadounidense hacia Cuba. Smith envió cables críticos al Departamento de Estado, pero en lugar de atender sus preocupaciones, intentaron transferirlo a Uganda. Indignado, dimitió en protesta en agosto de 1982 y publicó una crítica en la revista Foreign Policy denunciando la “falta de visión” de la administración respecto de Cuba.
Smith nació el 16 de agosto de 1932 en Seguin, Texas. Se alistó en el Cuerpo de Marines a temprana edad y sirvió en la Guerra de Corea. Después de dejar el ejército, se incorporó al Departamento de Estado en 1957 y se especializó en asuntos cubanos y latinoamericanos.
Además de su trabajo en Cuba, Smith ocupó cargos en Argentina y Brasil. Obtuvo dos maestrías en Columbia y un doctorado en ciencias políticas en la Universidad George Washington. Después de retirarse del gobierno, continuó su trabajo en organizaciones de investigación y enseñó en la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados de la Universidad Johns Hopkins.
Aunque el embargo contra Cuba aún persiste, en 2015 Estados Unidos reanudó sus relaciones diplomáticas y reabrió su embajada en La Habana. Smith tuvo la oportunidad de presenciar la ceremonia de izamiento de la bandera en la embajada.
Wayne S. Smith dedicó su vida a promover la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba. Aunque no pudo presenciar el éxito pleno de sus esfuerzos, dejó un legado perdurable como defensor incansable de la diplomacia y el diálogo entre los dos países.