TEGUCIGALPA, HONDURAS.- el ex presidente Juan Orlando Hernández (2014-2022) acumuló 50 puntos de infracción tras ser declarado culpable de tres delitos relacionados con el tráfico de drogas en Estados Unidos. ¿Qué impacto tiene esta puntuación en su futuro?
Para entender el contexto de la sentencia del expresidente Hernández es crucial analizar el sistema de puntuación utilizado por la Oficina de Prisiones (BOP) de Estados Unidos, donde la cantidad de puntos determina el nivel de seguridad de la prisión donde cumplirá el cargo.
”, Por ejemplo, en el caso de JOH, sigla con la que se conoce al expresidente, tenía acumulados 21 puntos por los tres delitos vinculados al narcotráfico, pero le sumaron el hecho de que mintió, que obstruyó la investigación y que su conducta no “fue adecuada en el proceso”, dijo el abogado penalista Marlon Duarte.
Para Duarte, la puntuación del expresidente subió de 21 a 43 y de 43 a 50, una puntuación alta que automáticamente lo clasifica para ser enviado a una prisión de máxima seguridad, aunque la defensa pidió que cumpla la pena impuesta: 45 años de prisión. con cinco años de libertad condicional – en el Centro de Detención Metropolitano (MDC) en Brooklyn, Nueva York.
“La cosa es que dependiendo del puntaje que tengas es el penal en el que estarás y por ejemplo si te trasladan a un penal de máxima seguridad y la persona sigue cometiendo delitos como asesinatos, homicidios, entre otros, entonces te mandan. al de súper máxima seguridad, que es donde está “El Chapo” Guzmán”, dijo Duarte.
Niveles
En el sistema penitenciario estadounidense, hay cinco niveles de seguridad, cada uno diseñado para albergar diferentes categorías de delincuentes: seguridad súper máxima, seguridad máxima, seguridad media, seguridad baja y seguridad mínima.
Los internos enviados a instalaciones de súper máxima seguridad son considerados de alta peligrosidad o terroristas, con antecedentes de delitos graves que acumulan un mínimo de 100 puntos entre todos sus delitos.
Las cárceles de máxima seguridad están destinadas a reclusos con menos de 100 puntos o con sentencias superiores a 40 años, como es el caso del expresidente Hernández.
En los centros penitenciarios de mediana seguridad se asignan aquellos con menos de 21 puntos y penas restantes de hasta 30 años.
Finalmente, en las cárceles de mínima seguridad hay reclusos con delitos menores que no ponen directamente en peligro su vida ni la de otros y que aún no han cumplido condenas de 10 años o menos.
Este sistema busca garantizar que los reclusos sean ubicados en instalaciones proporcionales al riesgo que representan para la seguridad pública. Los reclusos pueden cambiar de nivel reduciendo su puntuación por cada delito, participando en programas y cursos de rehabilitación dentro de la prisión.
«Las condiciones varían significativamente entre estos niveles», explicó Duarte. Por ejemplo, en las cárceles de máxima seguridad los reclusos suelen ocupar celdas individuales bajo estrictas medidas de seguridad, mientras que los niveles inferiores, como el de seguridad media o baja, permiten una mayor interacción entre los reclusos.
